Hoy 18 de enero se dice que es el día más triste del año. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico no existe ningún argumento o teoría científica que lo sustente.
Desde la psicología lo que sí sabemos es la influencia de las expectativas, creencias, pensamientos sobre nuestras emociones, y sobre nuestro comportamiento. Sabemos que pensamientos, emociones y conductas están estrechamente relacionadas y se influyen mutuamente. De modo que, si creemos firmemente sin cuestionarlo, que hoy es el día más triste del año, nos estaremos predisponiendo a filtrar la información de nuestro alrededor que corrobore que realmente lo es, omitiendo aquella que la contradiga. Esto a su vez influirá en nuestra actitud, comportamiento, la forma de relacionarnos con los demás... Este es sólo un ejemplo de cómo nuestros pensamientos, emociones y conductas se ven mutuamente influidas.
Del mismo modo, si nuestras expectativas, pensamientos o creencias son positivas, nuestra atención se dirigirá hacia los estímulos o acontecimientos de nuestro entorno que las confirmen, desechando la información que los contradiga. Así es como funcionan nuestros esquemas mentales.
Como vemos, nuestras creencias juegan un papel muy importante en este proceso, ya que
“deciden” qué parte de la realidad va a ser observada o tenida en cuenta, o lo que es lo mismo, hacia dónde se dirige nuestra atención. Por supuesto existen situaciones que nos predisponen a una respuesta instintiva, y en la que dichos esquemas mentales no median en el proceso atencional (principalmente son situaciones en las que nuestra seguridad física está en juego). Ej. Un animal peligroso viene a atacarnos y nos sentimos impulsados a huir, se oye un estruendo y nos giramos hacia la procedencia del sonido…
Podríamos decir, que de alguna manera nuestras creencias más profundas sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo actúan como profecías autocumplidas, ya que inconscientemente tenderemos a que se cumplan.
Ahora dejemos el Blue Monday a un lado y pensemos en las fechas consideradas por excelencia las de la felicidad y el amor: La navidad, San Valentín…
¿Realmente la navidad hace que todos seamos más felices?
Para mucha gente la navidad será entrañable, bonita, especial…para otra será una fecha como otra cualquiera, y otros se sentirán estafados, engañados o incluso desgraciados por no sentirse felices y contentos cuando supuestamente “deberían” estarlo. Nuevamente serán nuestros esquemas mentales y el grado de creencia en dichas expectativas las que influirán en que nuestro estado de ánimo sea positivo o no (sin menospreciar las circunstancias individuales y el afrontamiento de dichas circunstancias).
Los que consideran que la navidad es especial, tenderán a enfocarse en las experiencias positivas que haya a su alrededor, harán juicios de valor positivos, e incluso las generarán ellos mismos (Ej.: “Qué bonitas las luces”, “qué bien reunirse con la familia”, “qué rica la comida”, “prepararé una sorpresa para estos días”). Los que piensan que es una fecha más, mantendrán su atención enfocada en las cosas cotidianas a las que venían prestando atención hasta ahora, los que se sienten estafados o deprimidos quizá sea porque se sienten molestos con la expectativa generada (Ej.: “No me parece que porque llenen las calles de luces cambie nada”, “Nadie me va a decir cómo tengo que sentirme o no”, “No creo que haya nada que celebrar en esta situación de pandemia”) , o porque sus circunstancias actuales no les permiten sentirse bien (estar en un proceso de duelo, enfermedad, tener problemas que no saben cómo afrontar…)
Por lo tanto, afirmar que el Blue Monday es el día más triste del año es como afirmar que la navidad produce felicidad. Cualquier día del año es susceptible de convertirse en el mejor o el peor, pero vale la pena reflexionar sobre cómo nuestra actitud y nuestras creencias juegan un papel activo en ello.
Para las personas más vulnerables, puede suponer un riesgo creer que su tristeza se debe a factores externos, ya que esto les situaría en una situación de indefensión, y hoy sabemos que nuestras emociones se pueden regular si tenemos consciencia de ellas y si aprendemos a relacionarnos con ellas de un modo diferente, y esto sólo depende de nosotros mismos.
Por último, os lanzo una pregunta… ¿Qué tienen en común el Blue Monday, Navidad, San Valentín…?
Desde el punto de vista comercial, todas estas fechas suponen otra oportunidad más para crear necesidades y así vender productos o servicios específicos. Estamos en nuestro derecho de beneficiarnos o no de los descuentos de Blue Monday, de celebrar San Valentín con nuestra pareja de la forma que nos apetezca o no celebrarlo en absoluto, y de darle a la navidad una connotación positiva, negativa o neutra…todo ello es aceptable porque de forma consciente, o inconsciente, lo elegimos nosotros.
Alba Rodríguez